Las habilidades sociales son un conjunto de competencias que nos permiten interactuar de manera efectiva y fluida con otras personas en diversos contextos sociales. Estas habilidades abarcan desde la comunicación verbal y no verbal hasta la empatía, la escucha activa y la capacidad de trabajar en equipo. Son fundamentales porque influyen directamente en la calidad de nuestras relaciones interpersonales, tanto en el ámbito personal como profesional. Además, son esenciales para resolver conflictos, negociar, liderar y colaborar de manera eficiente, lo que las convierte en un factor determinante para el éxito en el trabajo y en la vida en
1.- Habilidades sociales. ¿Por qué son tan importantes?
¡Qué bien! ¡Ya estamos en primavera! Espero que hayáis disfrutado de un merecido descanso en Semana Santa y seguro que habéis recargado pilas y venís con mucha fuerza y actividades. Es muy importante dedicar un tiempo a la mini desconexión digital y al descanso, que permiten descargar tu mente de ciertas preocupaciones y dejar entrar temas y conocimientos distintos para afrontar etapas y retos nuevos. Tenía en mi cabeza varias ideas para este arículo del mes de abril, pero he de confesar que no acababa por decidirme. ¿Por qué hablar de habilidades sociales?
Pues os cuento, la idea me surgió en una comida familiar, todos conversábamos tranquilamente, hasta que “alguien” decidió hacer una crítica demoledora sobre la forma de trabajar de otro familiar (vamos, algo así como que su trabajo era una auténtica “chapuza” por decirlo educadamente). Os suena esta situación, ¿verdad?.
Te quedas bastante descolocado y entonces te da por preguntarte: ¿Sabemos hacer una crítica sin herir a nuestro interlocutor? ¿Nos ponemos en el lugar del otro para conocer qué piensa? ¿Cómo aprendemos a decir NO en determinadas situaciones? ¿Me relaciono con los demás en mi vida cotidiana de manera fluida, sin limitaciones?
A veces vamos por la vida como un elefante en una cacharrería y no pensamos en la dimensión que pueden alcanzar nuestras palabras ni nuestras conversaciones en nuestros entornos de trabajo y nuestra vida personal. Así que ¡bienvenidas habilidades sociales!
Tengamos en cuenta que las habilidades sociales son la capacidad de una persona para interactuar y relacionarse con otras de manera adecuada y sin que suponga un esfuerzo notable. Son herramientas fundamentales y básicas que aplicamos en nuestro entorno para una mejor convivencia con otras personas.
¿Hasta qué punto las habilidades sociales son determinantes en nuestra vida profesional y privada? Tener un comportamiento correcto y poder compenetrarse con las personas que nos rodean, aumenta nuestras probabilidades de cerrar un trato, atraer potenciales clientes y sobre todo manejar los negocios
Tanto si somos emprendedores como si no, vamos a tener que relacionarnos con muchos tipos de personas (clientes, proveedores, empleados, socios). Nos puede gustar más o menos y para algunos de nosotros, establecer relaciones será más sencillo que para otros, pero no podemos pasar por alto los resultados de nuestras conductas.
“Establece relaciones que te permitan crecer y mostrar todo tu potencial como emprendedor”
Mucha gente piensa que las habilidades sociales consisten en hablar como un papagayo, sin parar nunca y establecer relaciones y contactos hasta cuando estás durmiendo. Esto no es así, tenemos que saber en qué entorno nos estamos relacionando y adecuar nuestras habilidades sociales para conversar, conocer gente, hacer amigos según la situación lo requiera.
Tu forma de ser es determinante y no puedes anularla por completo ya que no serías tú mismo, estarías interpretando un papel que no te corresponde y a la larga no vas a poder sostener esta situación.
Seguro que en tu entorno personal o profesional te has encontrado con personas cuyas habilidades sociales eran muy diferentes, desde personas nulas que no son capaces siquiera ni de hablar y que la gente termina tomándolas por bordes, personas con miedos que se frustran y que tienen mucha timidez social, personas que no se sienten bien al socializar pero que lo disimulan cuando hablan y se desenvuelven de forma óptima, hasta llegar a aquellas personas de las que decimos que tienen “don de gentes” y hacen amigos y establecen relaciones en las situaciones más inverosímiles.
No querer ser el centro de atención o disfrutar de la lectura de un libro interesante en lugar de asistir a un evento glamuroso no deben ser obstáculos para poder relacionarse de forma brillante. ¿En qué caso te encuentras tú? ¡No te preocupes! Las habilidades sociales pueden aprenderse y entrenarse para mejorar.
Así que con todo lo que hemos visto hasta ahora, ¿por qué son tan importantes las habilidades sociales? Entre otros muchos beneficios podemos destacar:
- Vas a conseguir comprenderte mejor como persona y también entenderás mejor a tu entorno.
- Lograrás adaptarte mejor a los cambios.
- Disfrutarás de relaciones personales y profesionales fructíferas
- Tendrás la posibilidad de conocer a nuevas personas (y potenciales clientes).
¿Por dónde empezar nuestro entrenamiento en habilidades sociales? Como llevo insistiendo en más de un artículo, una buena sonrisa lo puede todo y a veces la utilizamos tan poco. Es la herramienta más poderosa de nuestras habilidades sociales. A todos nos agrada ver una cara sonriente en lugar de un gesto enojado o preocupado ¿verdad?. Otro aspecto que hay que cuidar es el de nuestras conversaciones, en general hablamos de forma atropellada porque queremos acabar pronto y salir de la situación.
Aprendamos a hablar pausadamente para lograr que nuestro interlocutor nos entienda y no tengamos miedo de los silencios, son herramientas muy potentes. Y para terminar este mini entrenamiento, mejoremos nuestras interacciones con preguntas. Preguntad de forma natural e inteligente, seguro que observáis que la persona a la que os dirigís se muestra más receptiva y abierta.
La relación va a mejorar notablemente. Es muy habitual encontrarnos con personas que, únicamente hablan de sí mismos, de lo que han hecho, de lo que han estudiado, de lo que pueden ofrecer, de quienes son, de cuál es su empresa, de cuánto tiempo llevan en su sector, o de que nos quieren ofrecer y eso cansa bastante.
“Las habilidades sociales se han convertido en una necesidad para crecer personal y profesionalmente”
2.- Cómo manejar tus habilidades sociales con facilidad usando estos consejos
Relacionarnos con los demás, y saber hacerlo de forma adecuada y efectiva, es la esencia de nuestro negocio. Si no tenemos en cuenta que nuestro emprendimiento se dirige y compone de personas, no lograremos poner en marcha y mantener nuestro proyecto.
No nos ponemos de acuerdo a la hora de establecer una clasificación de las habilidades sociales. Podemos hablar de habilidades sociales básicas (conductas que no requieren demasiado esfuerzo como escuchar, preguntar, agradecer, etc) y avanzadas (opinar, disculparse, persuadir, etc). Lo importante es encontrar las claves para hacer más efectiva la comunicación y establecer relaciones.
¿Cuáles son las habilidades sociales básicas y qué estrategias podemos emplear para mejorar nuestras relaciones?
- Emplear la escucha activa
La escucha activa no consiste en oír a nuestro interlocutor, sino en concentrarnos en el mensaje que la otra persona nos está intentando comunicar para responder de forma apropiada, para informarnos mejor de lo que nos están contando y mostrar que atendemos y estamos interesados o no.
Por esto, existen dos elementos que facilitan la escucha activa, son los siguientes:
- Prestar atención: observar a la otra persona es prioritario, identificar el contenido de lo que dice, sus sentimientos y objetivos.
- Nuestra expresión que demuestre que estamos escuchando al otro interlocutor con comunicación verbal, que estamos prestando atención (ya veo, umm, uh, claro, tienes razón, te entiendo, imagino cómo puedes sentirte, recordar situaciones en las que se ha hablado anteriormente etc.) y el lenguaje no verbal del que ya hemos hablado en otras publicaciones (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, imitar la expresión de nuestro interlocutor etc.).
Consejos para una escucha activa adecuada:
- Hacer caso a lo que el otro nos está diciendo. No estar pensando en lo que vamos a contar nosotros después o desconectarnos totalmente de la situación
- Dedicarnos a realizar otras tareas mientras que la otra persona nos esta hablando
- Tener paciencia y esperar a que el otro termine. No atropellarnos y querer hablar antes de tiempo.
- No emitir juicios de valor: “Eso no es nada”, “eso son tonterías”…
- Dominar el arte de las conversaciones
A través de nuestras conversaciones interactuamos, establecemos conexiones, organizamos y ejecutamos acciones, construimos vínculos y acordamos compromisos. Las conversaciones son hechos únicos y de gran trascendencia porque damos a conocer un nuevo proyecto, proponemos nuevos objetivos, planteamos nuevas ideas, y todo esto parece tan fácil. El objetivo es conocer a otros y conversar con ellos de un modo efectivo para que puedan establecerse relaciones duraderas.
– Iniciar una conversación
La forma en la que vamos a iniciar una conversación va a depender del contexto: dónde nos encontramos (en el trabajo, en una presentación, en un evento, en el transporte), la persona en cuestión (compañero, amigo, jefe), la hora del día (el desayuno, la comida, la salida del trabajo) etc.
Hemos de ser muy observadores para tener información acerca de qué temas hablar y cuándo es el momento adecuado para iniciar una conversación. La sonrisa y el contacto visual adecuado estarán de tu parte y te ayudarán a romper el hielo. Por supuesto si no conocemos a la persona nos presentaremos primero. Podemos empezar con frases cortas que puedan atraer la atención y a continuación una pregunta, imagínate “Este sitio me gusta mucho, ¿habías estado antes aquí?”, “¡Me encanta la vista!”. Puedes pedir ayuda, consejo, opinión o información a otra persona.
Otra forma de iniciar conversaciones es hacer cumplidos a los demás sobre algún aspecto de su conducta, apariencia o algún otro atributo o bien también hacer preguntas abiertas que animen a otros a hablar y a compartir opiniones e historias sobre ti mismo para ayudar a los demás a conocerte y conocer tú también al resto Contamos con infinidad de estrategias para que nos encontremos a gusto, tenemos que encontrar la que mejor se adapte a nosotros.
“Saber tratar con la gente es básico para ser feliz y tener oportunidades”
– Mantener una conversación
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en conversaciones agotadoras y lentas hasta que ha llegado un momento en que no sabemos por qué, ha surgido un tema del que nos apasionaba hablar a todos. Encontrar y tener puntos en común, es uno de los ingredientes fundamentales para que las conversaciones se mantengan y fluyan.
Cuando lo que podemos hacer para no dar una imagen de desinterés o desprecio hacia la otra persona es establecer una conexión mediante tu interés en el tema. La idea es hacer los comentarios cada vez un poco más personales, de modo que la conversación llegue a ser más relevante.
Se me ocurren muchas cosas de las que podemos hablar a la hora de mantener la conversación, intercambiar y compartir información sobre un tema, compartir actividades recientes o pasadas, contar historias divertidas y que relajen el ambiente, contrastar impresiones mutuas y sentimientos, compartir aquella parte de la que nosotros deseamos hablar. En los primeros intercambios con otra persona, la convención cultural es hablar sobre aspectos superficiales y temas poco comprometidos.
Tanto para iniciar como para mantener conversaciones, no tienen que faltar las preguntas abiertas, que pueden contestarse de diversas maneras, dejando libertad para decidir qué contestación dar. Las preguntas abiertas tienen la ventaja de dirigir una conversación hacia el nivel de comunicación que se desee.
¿Cómo podemos manejar las pausas y los silencios? Las conversaciones implican períodos de silencio que totalmente normales. Incluso podemos ver estos periodos de silencio como momentos de reflexión y pausas motivantes. Muchas personas como se encuentran nerviosas no hacen más que hablar todo el rato porque no pueden soportar el silencio. No tiene por qué llenarse cada momento de la conversación con palabras.
Las pausas nos pueden servir para reflexionar sobre lo que se ha dicho, para hacer preguntas, para cambiar de tema, etc. Introducir pausas o permanecer callado demuestra que se controla la situación ante una persona o, si estamos realizando una presentación, hacia nuestro público.
Y si me quedo con la mente en blanco ¿qué hago? Pues tratarlo de la manera más natural posible, a todos nos ha pasado que se nos ha ido el santo al cielo y no sabemos por dónde salir. En principio, no tiene por qué tener mayor transcendencia, pues la otra persona con la que mantenemos una conversación no sabe cómo continúa tu discurso.
Para salir del paso puedes hacer un resumen, repetir lo mismo con distintas palabras, o bien, si lo consideras adecuado, reconoce que te has quedado en blanco con un gracioso “Se acabó, ya no sé por dónde iba” para relajar la situación.
“Si no interactúas con la gente, si no hablas, ni conoces a gente nueva, no tendrán la oportunidad de hablar de ti”
– Finalizar la conversación
Tendremos que cambiar de posición con relación a nuestro interlocutor y nos empezaremos a distanciar con la intención de marcharnos. Espera una pausa en la conversación y luego da a tu razón para salir. Expresar clara y directamente nuestro deseo de terminar la conversación: “Bueno me voy a ir”. Puede ser mediante una explicación: “Tengo que irme a…” o posponer la conversación para otro momento: “Te llamo mañana, ¿de acuerdo?”
- Expresar y recibir cumplidos
Al igual que al recibir cumplidos, dar cumplidos te permite la oportunidad de iniciar una conversación. Los cumplidos son conductas verbales específicas que resaltan características positivas de la otra persona y ayudan a hacer más agradables las interacciones sociales. Es conveniente hacer cumplidos sobre cosas específicas que nos agradan. De este modo, decimos a la otra persona qué es lo que nos gusta exactamente de, por ejemplo, su conducta. No empieces repartiendo elogios a diestro y siniestro sin pensar en lo que haces. Debes creer verdaderamente en lo que estás diciendo o no parecerás sincero.
Considera tu relación con la persona para asegurarte de que el elogio es apropiado. Los comentarios de carácter personal deben reservarse para los amigos cercanos y para un ambiente íntimo.
Es mejor ofrecer expresiones positivas cuando no queramos nada de la otra persona. Si le vamos a pedir un favor es probable que el cumplido no seas tenido en cuenta.
- Concertar citas
Es más que recomendable que concertemos las citas cuando estemos finalizando nuestra conversación puesto que de esta manera podemos tener más información sobre intereses de la otra persona, gustos y actividades que podemos proponer. Hemos de hacerle saber a la otra persona que tenemos interés en volver a verla y averiguar si también le apetece. En el caso de que la otra persona no acepte: intentar pactar la cita para otro día y/o averiguar cuál es el problema. En el plano profesional es decisivo no dejar la responsabilidad de la cita en la otra persona, puesto que podríamos perder una oportunidad de negocio.
- Habilidades para conversar en grupos
Podemos aplicar los mismos consejos que para conversaciones individuales. Elige un grupo con el que tengas más afinidad en las conversaciones y escucha hasta que sepas de qué están hablando. Haz contacto visual con una o dos personas para mostrar tu interés en lo que se está diciendo. Asegúrate de que tu lenguaje corporal es abierto y receptivo al unirte a un grupo. ¡Adelante y sin miedos!
3.- Hablemos de negocios ¿Cuáles son las habilidades sociales para triunfar?
Tengamos en cuenta que la función esencial de un emprendedor va a ser la de establecer relaciones. Es más, además de establecer, es necesario que mantenga relaciones con clientes, inversores, colaboradores, proveedores, instituciones, etc. Las relaciones nos sirven para vender, proponer nuestro proyecto, gestionar equipos de trabajo. La comunicación efectiva nos permitirá mostrar lo que hacemos, nuestra forma de trabajar, lo que somos.
Es bueno que conozcas a fondo qué habilidades sociales necesitas para emprender y te asegures el éxito en tu emprendimiento:
- Empatía: Es lo que decimos “ponerse en la piel del otro”, mediante la empatía podemos interpretar el punto de vista de otras personas aunque no compartamos la misma opinión, permitiendo el perfecto entendimiento, el debate con fluidez, el intercambio de ideas.
A todos nos agrada tratar con personas que se preocupan por los demás. La empatía supone saber identificar y poner nombre a los estados emocionales de las personas con las que interactuamos. poner nuestra atención en las dificultades, problemas o situaciones de nuestros interlocutores.
Al emprender tenemos que identificar de las necesidades potenciales y futuras de nuestro cliente, también identificar las oportunidades que nos ofrecen los demás en la consecución de nuestras metas y objetivos.
- Optimismo: Tener una mentalidad positiva y hacer frente a las situaciones con optimismo es una de las mejores maneras de vivir. Y, además, atrae a otras personas. Si no existiese el optimismo nos daríamos por vencidos y tiraríamos la toalla en más de una ocasión. No se trata de tener todo absolutamente claro, al emprender se tienen miedos como todo ser humano, pero a pesar de ello prevalece la actitud positiva.
Estamos hablando de personas que tienen puesto su foco en los logros, superando las dificultades que aparezcan en el camino. La visión del emprendimiento se realiza desde la perspectiva del éxito. Por supuesto que existen las dudas y las incertidumbres pero existe el control y la responsabilidad sobre las acciones ejercidas y desarrolladas. Aquello que nos acontece viene determinado por nuestras propias acciones y no por las de otros o por causas externas.
- Saber escuchar: Como ya hablamos en el punto anterior la escucha activa es un plus en nuestro emprendimiento. Si no escuchamos con atención no seremos capaces de aprender o intercambiar información, y tampoco podremos entender una crítica constructiva que nos ayude mejorar como personas.
- Resiliencia: La resiliencia es cuestión de aprender de los errores, de identificar la causa de los problemas para que no vuelvan a repetirse en un futuro, de controlar las emociones frente a la adversidad y permanecer centrados en los momentos críticos. Desde esta visión, el fracaso es sólo una información valiosa, no un callejón sin salida.
- Flexibilidad: Dado el clima de incertidumbre económica en el que nos movemos, debemos de tener una mente abierta y adaptarnos a cualquier cambio por las nuevas exigencias del mercado. El mundo de los negocios se mueve de forma cada vez más rápida, por lo que es imprescindible poder adaptarse a estos cambios.
Contar con capacidad de organización flexible suficiente como para adaptarnos a distintas circunstancias, horarios y formas de trabajo. Se trata de adaptarnos a los interlocutores y en los escenarios en los que intervenimos. Va a ser diferente nuestro trato con un potencial cliente, que con un cliente fidelizado, que en los momentos en los que vayamos a trabajar en el lanzamiento de un producto
- Conocimiento de los entornos sociales: Es esencial conocer cuáles son los entornos en los que nos vamos a desenvolver. No es lo mismo ser un emprendedor que se va a manejar en el ámbito de las nuevas tecnologías, que un emprendedor que va a realizar su actividad en una consultora de Recursos Humanos.
- Capacidad de trabajo en equipo. No hay que olvidar que los negocios exitosos son la suma de personas que cooperan y colaboran entre sí para ofrecer un buen servicio, solucionar un problema, presentar un producto de calidad
Para lograr un trabajo eficaz es muy importante desarrollar aptitudes de colaboración donde se fomenten aspectos como: la comunicación (llevar a cabo las actividades con éxito), asignación de tareas y normas (mostrar a cada miembro del grupo las actividades que deben realizar), establecer los objetivos (hacer entender que todos los componentes del equipo se necesitan entre sí), fomentar la unión para lograr un perfecto desempeño de las actividades.
- Atención e interés: Cuando alguien ha trabajado duramente para conseguir algo se gana elrespeto y el reconocimiento de las personas.
- Asertividad: es aquel tipo de comunicación que cuida las propias necesidades al mismo tiempo que respeta las ajenas. La asertividad no pretende contentar o transformar la opinión del otro, sino sentirse conectado y en sintonía sin dejar de lado su propio discurso. Ser asertivo implica decir no a aquello que uno no desea desde una posición consistente, abierta y cómoda.
- Paciencia: Si no dominamos esta habilidad, cualquier cosa puede molestarnos y convertirse en un gran problema. La paciencia ayuda a estar relajado y a evitar estar más tenso de lo necesario. Antes de estallar en un ataque de ira, mejor tomarse unos segundos para recapacitar.
- Cortesía: Cuando somos corteses y educados con otras personas rara vez serán desagradecidas con nosotros. La gente que es educada siempre cuenta con más posibilidades de triunfar, porque ser cortés implica respetar y valorar a los demás. Ser gentil y amable, siempre es un plus
4.- ¿Quieres un negocio próspero? ¡Enfócate en las habilidades sociales!
Hemos visto la importancia de las habilidades sociales, aprender a manejarlas mediante unos sencillos consejos y cuáles son las habilidades necesarias para triunfar y terminaremos con un pequeño resumen para que podáis potenciar vuestras habilidades
Desarrollar habilidades comunicativas y saber interactuar con los demás de forma correcta: Esto abarca desde una expresión y ortografía impecables, hasta dar un discurso en público o plantear ideas en una reunión con desconocidos.
Es importante conocer algunos trucos: vocalizar lo máximo posible y tener confianza. Para ganar seguridad es de gran ayuda grabarse en casa y escucharse después para ir aprendiendo y corrigiendo errores que podamos cometer.
Controlar el lenguaje corporal: Gran parte del impacto de nuestros mensajes depende de elementos no verbales. Para controlar este aspecto, hay que prestar mucha atención en la imagen personal que ofrecemos.
Por otro lado, tomar la iniciativa demuestra responsabilidad y motivación por el trabajo que estamos realizando, para lo cual es necesario marcarse objetivos, participar en conversaciones y debates fundamentando las ideas y opiniones con buenos argumentos.
La confianza es fundamental: Una persona segura de sí misma y con una actitud positiva ante las adversidades genera credibilidad.
Ser flexible: Asumir diversas tareas, así que ¡a salir de la zona de confort!
Trabajar tu empatía: Recuerda la frase “trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”, pero ten en cuenta qué quiere el otro. Ser empático ofrece muchas ventajas como, por ejemplo, caer mejor a la gente, ser persuasivo, comprender qué sucede a tu alrededor, etc.
Facilitar la colaboración: Recuerda, la colaboración es imprescindible para solucionar problemas de forma más rápida.
Las habilidades sociales nos conectan, nos permiten entrar en acción, recibir y ser recibidos desde el respeto Cree en tus habilidades sociales, pero nunca dejes de mejorar. ¿Cómo presentas tus productos ante un auditorio de potenciales clientes? ¿Qué es lo que sueles hacer? ¿Qué piensan realmente sus clientes acerca de sus habilidades sociales? ¡Anímate a contarnos tus experiencias!
Si has llegado hasta aquí ¡Gracias por leerme!